Mi nuevas labores profesionales me llevan a viajar casi 80 kilómetros desde mi casa al trabajo y viceversa. Obviamente los hago subido en la moto y hoy he vuelto a sentir rabia he impotencia al ver el tratamiento persecutorio que la Guardia Civil de Tráfico le brinda a los vehículos de dos ruedas.
En una salida de la Nacional, para entrar en el polígono industrial a la hora punta de la mañana, la cola de coches supera de largo los 100 metros. Por lo cual las motocicletas utilizan el arcén derecho para adelantar coches y hacer más fluida la marcha.
Pues dos motos de la Guardia Civil de Tráfico, en vez de estar velando en los puntos negros de este país por la circulación segura, lo que han echo es ponerse a parar todas las motos y hacer su primer, y muchas veces, único trabajo… recaudar impuestos.
Que vergüenza que profesionales como estos, pagados por nosotros y nuestros impuestos, sean utilizados para hacer caja para la DGT.
Y la pregunta es: ¿cuantos accidentes en los arcenes hay mensualmente a causa de las motos? ¿Porqué no se pueden utilizar?
Puedo entender que los coches, lo he vivido, si se les deja utilizar el arcén ineludiblemente provocan un atasco en la única vía de emergencias y servicio que es imprescindible mantener libre. Pero una o varias motos no.
Es una actitud cínica y odiosamente insoportable la actitud de la GCT ante las motociclicletas y, a este paso, van a matar “la gallina de los huevos de oro”.
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